sábado, 1 de agosto de 2015

El ser humano como centro de la naturaleza




El ser humano como centro de la naturaleza

El concepto de naturaleza humana cuenta con una larga y polémica tradición filosófica. Algunos pensadores han negado directamente que tal cosa exista. Incluso podríamos decir que esta negación ha sido la moda intelectual dominante durante una buena parte del pasado siglo. Sin embargo, recientemente se viene dando una corriente de recuperación y revitalización de la reflexión filosófica sobre la naturaleza humana. Esta recuperación se debe a dos factores. Por un lado, han crecido nuestras posibilidades de intervención técnica sobre el propio ser humano, lo cual ha generado un debate sobre la conveniencia y límites de dicha intervención. Y en el centro de este debate está el concepto de naturaleza humana. Por otro lado, la recuperación de este concepto ha venido de la mano de una tendencia más general hacia la naturalización de la filosofía. Tendríamos así una especie de “concepción naturalista de la naturaleza humana” (Mosterín, 2006, 23), valga la aparente redundancia. El estudio de la naturaleza humana habría pasado de este modo desde el campo de la antropología filosófica al de la filosofía de la naturaleza. O quizá, dicho de otra forma, la antropología filosófica tendría que ser vista ahora como una región de la filosofía de la naturaleza. Estas tesis son tan problemáticas como pueda serlo el mismo proyecto general de naturalización de la filosofía. Pero, aun sin tomar posición al respecto, lo que sí queda claro, es que una concepción renovada de la filosofía de la naturaleza debería prestar atención a este debate sobre la naturaleza humana. Los dos vectores señalados, es decir, capacidad de intervención técnica y naturalización, están relacionados entre sí. Una vez que el ser humano pasa a ser sin más parte de la naturaleza, se puede pensar que pasa también a disposición de la intervención técnica, como lo están ya otras zonas de lo natural. En cierta manera, dicha artificialización del ser humano ha estado presente desde tiempos inmemoriales. Pero actualmente puede resultar mucho más profunda y quizás irreversible dado el desarrollo y la convergencia de varias tecnologías muy potentes. He aquí el territorio de la presente ponencia: intentaré dejar al menos planteado el debate sobre la naturaleza humana desde la perspectiva de la filosofía de la naturaleza, así como la polémica acerca de la conveniencia y límites de la intervención técnica sobre la naturaleza humana. Abordaré estas cuestiones mediante un breve repaso de las posiciones que niegan la existencia de la propia naturaleza humana (apartado 2). A continuación me centraré en la idea de naturalización y disponibilidad técnica (apartado 3). Presentaré dos formas clásicas y asumidas de intervención sobre el ser humano: el cultivo y la terapia (apartado 4). Seguirá el debate con las formas más recientes de intervención y supuesta mejora técnica del ser humano (human enhancement), defendidas filosóficamente bajo el rótulo de transhumanismo (apartado 5). Por último, estableceré un resumen crítico y conclusivo (apartado 6).

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